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Madera de balsa
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Mi padre está en el fogón delante de una sartén con sesos
y huevos. Pero ¿quién tiene ganas de comer algo
esta mañana? Me siento tan frágil
como la madera de una balsa. Alguien acaba de decir algo.
Fue mi madre. ¿Qué dijo? Apostaría
a que algo relacionado con el dinero. Contribuyo
si no como. Mi padre se vuelve desde el fogón,
“Estoy en un agujero. Imposible hundirme más”.
La luz se filtra desde la ventana. Alguien llora.
Lo último que recuerdo es el olor
a quemado de los sesos y los huevos. Toda la mañana
estuvieron en el cubo de la basura mezclados
con otras cosas. Poco después
él y yo vamos en coche hasta el vertedero, a diez millas.
No hablamos. Arrojamos las bolsas y los cartones
al oscuro montón. Chillidos de ratas.
Silban cuando salen de las bolsas podridas
arrastrando la tripa. Volvemos al coche
para mirar el fuego y el humo. El motor en marcha.
Huelo en mis dedos el pegamento del avión.
Me mira cuando me llevo los dedos a la nariz.
Luego mira a lo lejos otra vez, hacia la ciudad.
Quiere decir algo pero no puede.
Está a muchas millas de distancia. Ambos estamos muy lejos
de aquí, y alguien sigue llorando. Es entonces
cuando empiezo a entender cómo es posible
estar en un sitio. Y en algún otro, a la vez.
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Balsa wood
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My dad is at the stove in front of a pan with brains
and eggs. But who has any
appetite
this morning? I feel flimsy as
balsa wood. Something has just been said.
My mom said it. What was it? Something,
I’ll bet, that bears on money. I’ll do my
part
if I don’t eat. Dad turns his back on the stove,
“I’m in hole. Don’t dig me
deeper”.
Light leaks in from the window. Someone’s crying.
The last thing I
recall is the smell
of burned brains and eggs. The whole morning
is shoveled into
the garbage and mixed
with other things. Sometime later
he and I drive to the
dump, ten miles out.
We don’t talk. We throw our bags and cartons
onto a dark
mound. Rats screech.
They whistle as they crawl out of rotten sacks
dragging
their bellies. We get back in the car
to watch the smoke and fire. The motor’s
running.
I smell the airplane glue on my fingers.
He looks at me as I bring my fingers to my nose.
Then looks away again, toward
town.
He wants to say something but can’t.
He’s a million miles away. We’re
both far away
from there, and still someone’s crying. Even then
I was beginning
to understand how it’s possible
to be in one place. And someplace else, too.
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Raymond Carver
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Todos nosotros
Poesía reunida
S. L. Bartleby Editores
2006, 3ª edición
Velilla de San Antonio
Selección, traducción y prólogo de Jaime Priede
Original: Collected poems
The Harvill Press
Londres 1996
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