Hay pocas muertes enteras.

Los cementerios están llenos de fraudes.

Las calles están llenas de fantasmas.

Hay pocas muertes enteras.

Pero el pájaro sabe en qué rama última se posa

Y el árbol sabe donde termina el pájaro.

Hay pocas muertes enteras.

La muerte cada vez es más insegura.

La muerte es una experiencia de vida.

Y a veces se necesitan dos vidas

para poder completar una muerte.

Hay pocas muertes enteras.

Las campanas doblan siempre lo mismo.

Pero la realidad ya no ofrece garantías

y no basta vivir para morir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Roberto Juarroz

poesía vertical VI, 25


 

 

 

 

 

 

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