aquí un claro ejemplo de la difusión de la cultura que reina por estos pagos:

penoso penoso.

Recuperamos en esta sección un poema de T. S. ELIOT traducido por Claudio Rodríguez
y publicado en ABC en los años ochenta.

Sabemos que Claudio Rodríguez tradujo toda la poesía de Eliot salvo Four Quartets,
pero solo se editaron dos poemas en ABC y cuatro más en el
Boletín de la Fundación Federico García Lorca en el año 2000.

 

 

 

CLAUDIO RODRÍGUEZ afirma:

“el acicate que me movió a la traducción no era el de mi afinidad hacia su obra poética,
sino todo lo contrario: el de mi di- vergencia, no lejanía, que aun existe hacia su entidad.
Ejercicio o disciplina que amplia- ron y cambiaron la órbita de mi conocimiento del lenguaje
y de mi experiencia vital”.

 

 

[ezcol_1half] THE CULTIVATION OF CHRISTMAS TREES

 

 

 

There are several attitudes towards Christmas,
Some of which we may disregard:
The social, the torpid, the patently commercial,
The rowdy (the pubs being open till midnight),
And the childish — which is not that of the child
For whom the candle is a star, and the gilded angel
Spreading its wings at the summit of the tree
Is not only a decoration, but an angel.
The child wonders at the Christmas Tree:
Let him continue in the spirit of wonder
At the Feast as an event not accepted as a pretext;
So that the glittering rapture, the amazement
Of the first-remembered Christmas Tree,
So that the surprises, delight in new possessions
(Each one with its peculiar and exciting smell),
The expectation of the goose or turkey
And the expected awe on its appearance,
So that the reverence and the gaiety
May not be forgotten in later experience,
In the bored habituation, the fatigue, the tedium,
The awareness of death, the consciousness of failure,
Or in the piety of the convert
Which may be tainted with a self-conceit
Displeasing to God and disrespectful to children
(And here I remember also with gratitude
St. Lucy, her carol, and her crown of fire):
So that before the end, the eightieth Christmas
(By “eightieth” meaning whichever is last)
The accumulated memories of annual emotion
May be concentrated into a great joy
Which shall be also a great fear, as on the occasion
When fear came upon every soul:
Because the beginning shall remind us of the end
And the rst coming of the second coming.

 

(Ariel Poems, 1954)

[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end] EL CULTIVO DE LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD

 

 

 

Hacia la Navidad hay varias actitudes,
podemos prescindir de alguna de ellas:
la social, la torpe, la mani estamente comercial,
la de la juerga (abiertas las tabernas hasta la media noche),
y la infantil –no la del niño
para el que la luz de la vela es una estrella, y el ángel dorado
desplegando sus alas en la copa del árbol
es un ángel, no una decoración tan sólo.
Se maravilla el niño ante ese Árbol de Navidad:
que viva en el prodigio,
en la Fiesta que es un suceso, no un pretexto;
para que el resplandeciente embeleso, el asombro
del primer Árbol de Navidad, en su recuerdo,
para que la sorpresa, el encanto en sus nuevos dominios
(con su olor peculiar y excitante cada uno de ellos),
esperando el pavo o el ganso
y el temor ante su presencia,
para que la celebración y la alegría
nunca se olviden luego por otras experiencias,
en la rutina fastidiosa, el cansancio, el tedio,
el saber que morimos, la conciencia del fracaso,
o bien en la piedad del converso
que con su vanidad puede viciarse
ofendiendo a Dios y sin respeto a los niños
(recuerda ahora también con agradecimiento
a Santa Lucía y a su villancico y su corona de fuego):
para que antes del fin, la Navidad ochenta
(por ochenta quiero decir cualquier última)
los acumulados recuerdos de la emoción del año
puedan unirse en gran alegría,
alegría que será también miedo, como en el momento
en el que el miedo sobrevino a cada alma:
porque el principio nos recordará el fin
y el primer advenimiento el segundo advenimiento.

 

 

 

(Poemas de Ariel, 1954) 

[/ezcol_1half_end]

 

 

 

 

 

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