merodeando a new york new york

 

El fotógrafo de la calle nos ha dejado delante de una ventana excesiva,
saturada de mujeres y de alcohol, que a uno, que merodea con sencillez
y porque sí, le trae desde el olvido las palabras apócrifas del poeta:
‘entre neón y neón vi dos palomas oscuras, la una era la otra y las dos eran ninguna’.

 

 

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