juan carlos onetti

nada más que las manos; lentas, intimidadas y torpes

 

Los adioses

 

A Idea Vilariño

 

Quisiera no haber visto del hombre, la primera vez que entró

en el almacén, nada más que las manos; lentas, intimidadas

y torpes, moviéndose sin fe, largas y todavía sin tostar,

disculpándose por su actuación desinteresada.

 

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