vuestro amor

                                                                             para Carmen y José

 

No hay pesar en el corazón,
cuando ese querer flexible,
tan límpido, se manifiesta
confiado.

Es más bien júbilo
de teneos el uno al otro,
con un amor que desde Dios baja, y se bifurca
como ramas de un árbol cuyo fruto
madura con las estaciones; donde la vida
se abre paso descansando, victoriosa, en vuestros corazones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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