Los encuentros casuales

A veces parece imposible que la otra

(o el otro) no note mi ebullición.

Los sonoros obstáculos son triviales,

y el resto es blanca ceguera. Los ojos no ven.

Pienso que soy el humo en el disparo

del fusil, el mundo vegetal volando

por los aires. Busco a alguien llamado

Ada, perdida en lejana casa de reposo

junto a un lago. Su cuello es suave,

“velvet” es la palabra de terciopelo

que describe su forma y su voz.

Buscar agota, esperar cansa, recordar

alivia sin curar, el frío se calienta

y la patria desaparece hasta de la memoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

Osías Stutman

Revista Caravansari

Barcelona, Nº 1, primer semestre de 2006, pgs. 65-66

lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com

 

 

 

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

las tardes – Vicente Gallego

 

Pero los días, al pasar, no son
el generoso rey que cumple su palabra,
sino el ladrón taimado que nos miente.

 

exilio

 

Miraba la vida desde la ventana
de mis ojos,