charles simic
el infinito
/the new yorker/
published in the print edition
of the february 6, 2017, issue.
traducción de luis e. valadez
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the infinite
The infinite yawns and keeps yawning.
Is it sleepy?
Does it miss Pythagoras?
The sails on Columbus’s three ships?
Does the sound of the surf remind it of itself?
Does it ever sit over a glass of wine
and philosophize?
Does it peek into mirrors at night?
Does it have a suitcase full of souvenirs
stashed away somewhere?
Does it like to lie in a hammock with the wind
whispering sweet nothings in its ear?
Does it enter empty churches and light a single
candle on the altar?
Does it see us as a couple of fireflies
playing hide-and-seek in a graveyard?
Does it find us good to eat?[/ezcol_1half] [ezcol_1half_end]
el infinito
El infinito bosteza y bosteza.
¿Tiene sueño?
¿Extraña a Pitágoras?
¿Las velas de las tres naves de Colón?
¿El sonido del oleaje le recuerda a sí mismo?
¿Se sienta alguna vez con una copa de vino
y filosofa?
¿Se asoma a los espejos por la noche?
¿Tiene una maleta llena de souvenirs
arrumbada en algún sitio?
¿Le gusta tenderse en una hamaca con el viento
susurrándole dulces nadas al oído?
¿Entra en iglesias vacías y enciende una sola vela
en el altar?
¿Nos ve como a un par de luciérnagas jugando
a las escondidas en el cementerio?
¿Nos encuentra buenos para comer?[/ezcol_1half_end]
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