julieta valero

 

origen extraordinario

 

 

 

 

Origen

Extraordinario

 

 

Lenguaje que asoma no roto, bajorrelieve

del ímpetu, sílaba

comestible, alegría tónica al mantel de lo común.

 

Cómo se hace no perderme un minuto de estos irrepetibles

tus casi dos, mis cuatro y cuatro; el globo aerostático como

unidad de medida: la nostalgia.

 

Los ochenta de la amenaza dormirse y caer

hacia arriba. Esa nube, cisma entre la leche bajo tierra

y el petróleo inicial todo el rato.

 

Genealogía que hace pensar en la graduación

de dios; milenaria, sabrosa, tan

de esta raza y su anca pequeña.

 

[…]

 

Para que algo pueda transmitirse debe, tiene que ser una forma;

en segundo lugar, debe, tiene que tener un sentido o significado;

y en tercer lugar debe, tiene que existir un método 

que haga accesible la forma -y con ella, el sentido-. 

 

No hay alternativas ni otras opciones, a no ser que sean pactadas,

es decir, que se nos informe del uso de formas ocultas, o de carencia

de sentido o del tipo o modalidad del método. 

 

Si no se nos dice nada, el texto, en este caso, es mudo: sin forma,

sin sentido y sin método para alcanzarlo.

 

No se trata de mala poesía, sino de un texto inaccesible. 

En cualquier caso, aunque se transmitan emociones o sospechas

o telepatías, se exige forma/sentido/método.

 

No existe transmisión alguna desde una especie de espontaneidad

a partir de una especie de vitalidad sin forma, como

si un montón informe de algo humeara [se me ocurre].

 

Tampoco se da ningún tipo de experiencia que tenga una forma/sentido individuales,

como si de la experiencia acumulada se pudiera originar, por generación espontánea,

algo con forma. 

 

En este caso se trata de palabras, que son por convención, es decir, no existe un uso privado

del lenguaje, un lenguaje privado [es un asunto ya resuelto por Aristóteles].

O todos conocen por convención el significado de las palabras o no hay lenguaje.

 

Insisto: sin información adicional [es el sentido de los manuales o guías del usuario, 

por ejemplo], es por completo imposible que este texto diga algo a alguien.

 

 

narciso de alfonso

 

 

 

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