Laura Casielles

 

TETUÁN

 

 

Te dijera de veras alegría
mira esa nube en forma de cupido
vamos a contar mentiras
flechando tralará
la rosa de los vientos
si no fuera
al alcance
de la mano este oscuro
vivir contra corriente
a dos pasos la espiga desahuciada
el mañana perdido

Aníbal Núñez

 

 

Claro que cuando decimos nombres de ciudades

se nos llena la boca de néctar.

 

Casablanca Manila Cuzco Baracoa:

 

decimos Brasilia y tenemos flores de colores en las manos.

Pero eso es porque no estamos pensando que allí hay

gatos sucios entre los contenedores

y recuerdos de un pasado en que corrió la furia,

y un barrio de chabolas, y varias novias tristes,

y una nube de humo que se va tragando tejados y bahías.

No pensamos siquiera en los mercados en los que se acumulan

móviles robados,

zapatos viejos,

pan.

Marrakech Arcila Chauen Esauira:

 

podría decir río buganvília

leyenda charco puertas

azules

azahar azafrán.

 

Me paro un segundo.

 

Me digo que es urgente decidir

hacia qué lado queremos tratar de inclinar

la balanza de las palabras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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