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ora et labora I

 ora et labora I

 

 

 

 

 

 

 

 

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Señor, largo tiempo llevo tus restos en el cuello

                                                                                  Y aún

Mi boca sola, y arrodillo ante las tardes

y en el rezo me evaporo,

como si fuera mi casa la ceniza.

                                               Es

como si no existo, como si el rezo

pidiera a los dioses la limosna de mi nombre

ante la tarde entera.

Nunca supe lo que el cielo era:

quizá la tarde, tal vez

amar más que ninguno

a mi madre, la ceniza.

                                     ¡Oh espía!

De mí aparta tu ojo, hice un voto

haz secreta mi muerte.

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El último hombre, 1983

En Leopoldo María Panero, poesía completa

Visor, 2007

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

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