manuel vilas:

 

avenida de madrid:

 

oda a marte

 

avenida de madrid

2000-2004

 

 

oda a marte

 

 

Veo fotos de Marte en internet. Y me pongo a llorar.

Marte me recuerda a mi infancia, cuando miraba al cielo en

las noches estrelladas y sentía que la vida sólo era futuro.

Quizá Marte sea el futuro. Yo creo haber estado en Marte,

haber cogido alguna de esas piedras marcianas y haberla

arrojado contra el cielo. No me es desconocido Marte. Marte

me devuelve la fe en la vida, en mi vida. Es una prueba de

que existen la grandeza y el silencio. Grandes avenidas de

Marte, con sus rascacielos de frío. Marte muerto porque

nadie lo contempla, pero tan vivo en esa muerte. Porque los

hombres no contemplan simplemente, sino que devoran. Así

que es mejor, querido Marte, que hagas lo posible por alejarte

unas cuantas órbitas de nosotros, o te invadiremos. Y lo que

hoy es silencio y pesadilla del no-ser, a lo mejor se convierte

en New Marte, en ciudades con casinos, en autopistas, en

aeropuertos, en hoteles, en centros comerciales, en rascacielos,

en casas de pisos, en subterráneos heladores, en cementerios,

en pistas de tenis, en piscinas cubiertas, en campos de golf,

en basureros florecientes, en naves industriales, en fábricas,

en zoos, en cárceles. Oh, Marte, llévame contigo ahora que

todavía no hay nadie en ti, déjame pasear por tu cuerpo sin

caminos, déjame volver a la tierra antes del mundo, a la tierra

quinientos mil años antes de Cristo. Pisar Madrid entonces.

Pisar Nueva York entonces. Pisar París entonces. Pisar el

viento. Las cuevas. Las colinas. Las piedras. Marte, te quiero.

Cásate conmigo, yo también soy un ángel que vaga en este

cosmos enamorado. Marte, amado mío, lárgate de aquí.

Lárgate, tío, ahí tan cerca peligras.

 

 

 

 

 

 

 

 

manuel vilas
poesía completa
1980-2018

volumen MLIX de la colección Visor de Poesía
2ª edición, enero 2019
3ª edición, noviembre 2019

visor libros
madrid

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir