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nude with hat
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¿Qué podemos decir de esta hermosa mujer, más que es hermosa
porque todo es hermoso? ¿Es acaso menos hermosa que un pedrusco,
que una fosa escarbada en la tierra negra, que un campo de maíz
asolado por el viento y por la lluvia?
Nos mira –quizá nos mira- con unos ojos asimétricos –que no son
estrábicos- tanto en vertical como en horizontal. La nariz y la mandíbula
rotas quizá no lo están desde su nacimiento, sino que son una
consecuencia de la dureza, a veces despiadada, de los avatares de
la vida. ¿Y esos labios rojos, voraces, entreabiertos, por los que nos
muestra su irregular dentadura?
El poeta, como casi siempre, ya sabía lo que ahora estamos diciendo:
‘es muy fea. ¡Y sin embargo, es deliciosa! Hace pensar en esos caballos
de raza fina que los ojos del verdadero aficionado distinguen aunque
vayan enganchados a un coche de alquiler o a un lento carromato’.
Así es. Sólo es necesario que veamos su esbelto cuello, que no tiene
nada de buche, sino que baja y baja sin romper su lineal estructura,
incluyendo en su prodigioso descenso los hombros a dos y las tetas
deliciosas que todavía no le caen y, bajando, su cuello llega tal vez hasta
el ombligo, o incluso hasta el vientre, de piel tensa como la de un tambor,
o hasta los huesos más pélvicos. ¿Acaso encontraríamos, entre las
bellezas del pasado, un cuello cuyas cualidades se acerquen a las de
nuestra dama del sombrero?
Está solamente tallada, sin pulir, y los esquinados –y, a veces, astillados-
ángulos de su rostro o de sus hombros, exigen del observador la
perspicacia en la mirada experta que el poeta poseía para distinguir
a un caballo pura sangre bajo cualquier engañosa apariencia: no se
trata de una belleza fácil, para espíritus débiles, que se conformen
con las formas redondeadas: es una belleza en la que todavía se
conservan, durísimas, las astillas del tallado, cuyo solo roce rasga la piel.
Una belleza solamente para espíritus duros, muy curtidos en las batallas
del tiempo y de la vida: del amor.
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Narciso de Alfonso
Merodeos: el desnudo femenino en la pintura
Amedeo Modigliani
Nude with hat – c. 1907
Óleo sobre lienzo de 80.6 X 50.1 cm
Ubicación: Ruben and EditHecht Museum, Israel