Egon_Schiele__Mädchenakt_mit_verschränkten_Armen_-_1910

 

muchacha con los brazos cruzados

La muchacha de los brazos más o menos cruzados, entrecruzados o sobrecruzados, pero en todo caso

completamente desiguales de longitud, parece estorbada o extravagante: está sufriendo la pasión del pintor

por el rojo aguado, rebajado y por el verde mohoso; y también sufre la manera del pintor de desnudar a sus

modelos, que es más bien un despojamiento, una carne viva, ay, porque más que desvestida parece despellejada.

Y no tiene los imanes suaves del atractivo, ni los magnetos de la sensualidad: solamente unos genitales postizos,

que lleva anatómicamente entre las piernas, como un ovillo de pelo feo.

Es una muchacha intrincada, complicada, alargada, lineal, difícil, extraña, artificiosa: no hay por dónde cogerla.

Está situada en el espacio espacial con una perspectiva infinita pero caída, con el alma mecánica y el cuerpo fijo

y retorcido de piezas; con esa muñeca cuya mano suponemos oculta, pero que en realidad sospechamos devorada,

amputada a mordiscos, quizá como si se hubiera ido comiendo las uñas y, sin darse mucha cuenta, hubiese seguido

uñas arriba hasta dejarse sólo un redondeado y muñón rojo.

La muchacha parece descoyuntada de intimidad, mucho más allá del punto de no retorno, tal vez ya perdida para la

causa humana: irreal, precaria de equilibrios, despersonalizada y enajenada como si siempre, siempre hubiera sido otra.

Quizá busca la casita del autismo, desde la que puede acercarse a la realidad sin utilizar la mente ni el cerebro:

solamente lanzando al viento sus palomas azules y esperando, sin esperar, a que regresen.  

 

 

 

 

 

Narciso de Alfonso

Merodeos: el desnudo femenino en la pintura


 

Egon Schiele (1890-1918)

Desnudo de muchacha con los brazos cruzados ante el pecho


Mädchenakt mit verschränkten Armen
- 1910

Lápiz, acuarela y guache sobre papel
44,8 X 27,8 cm


Viena, Graphische Sammlung Albertina

 


 

 

 

 

 

 

 

 

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