Shannan es la elegancia en el gesto, que viene a ser que ella lleva incorporadas en sus movimientos

y posiciones, en sus maneras de estar, unas directrices de armonía, y las extiende aquí y allá, sin darse

cuenta, y es entonces cuando la elegancia, una forma de belleza, se despliega en ella como una flor

que abre sus pétalos en el agua.

Así Shannan está elegante, que tampoco es nada del otro mundo, sino simplemente estar como cualquier

otro, pero en elegante.

Además de elegante puede ser hermosa, pero es la elegancia la que hace ondear la caída de la gabardina

de un lado y, en cambio, la mantiene vertical en el otro.

Y es la elegancia la que dobla su rodilla izquierda en ese preciso ángulo, que provoca arrugas armónicas

y levanta la pernera del pantalón hasta su exacta altura.

La elegancia desabrocha su camisa o separa con precisión los dedos que sujetan el cuaderno, o guía

la mano con que se recoge el pelo.

Viene a ser, en súmula y conclusión, una especie de pacto central de Shannan consigo misma para que

todo, en ella, esté siempre, en todo momento, completamente de acuerdo, con una extraña y natural

unanimidad.

 

 

 


 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

la no vida

 

sin espacio para la expresión
del dolor, —como hacen los artistas.

 

es posible

 

Es fácil y probable,
que al pasar los años, se desconozcan

 

belleza

 

Era tan guapa
que no llamaba
la atención