a lo mejor soy otro

.

.

 

A lo mejor, soy otro; andando, al alba, otro que marcha

en torno a un disco largo, a un disco elástico:

mortal, figurativo, audaz diafragma.

A lo mejor, recuerdo al esperar, anoto mármoles

donde índice escarlata, y donde catre de bronce,

un zorro ausente, espúreo, enojadísimo.

A lo mejor, hombre al fin,

las espaldas ungidas de añil misericordia,

a lo mejor, me digo, más allá no hay nada.

.

Me da la mar el disco, refiriéndolo,

con cierto margen seco, a mi garganta;

¡nada, en verdad, más ácido, más dulce, más kanteano!

Pero sudor ajeno, pero suero

o tempestad de mansedumbre,

decayendo o subiendo, ¡eso, jamás!

.

Echado, fino exhúmome,

tumefacta la mezcla en que entro a golpes,

sin piernas, sin adulto barro, ni armas,

una aguja prendida en el gran átomo…

¡No! ¡Nunca! ¡Nunca ayer! ¡Nunca después!

Y de ahí este tubérculo satánico,

esta muela moral de plesiosaurio

y estas sospechas póstumas,

este índice, esta cama, estos boletos.

.

.

 

.

.

 

.

.


 

 

 

 

 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Te puede interesar

eternidad

 

La vida vibrante entrando a borbotones; barriendo toda duda.

seis de corazones

 

Pero si lo piensas
con ese amor que sigue latiendo, cuando
el corazón deja de latir