poesía

emily dickinson

Cuando la noche está casi acabada

y el amanecer nace tan cerca

que no podemos tocar los espacios

rosario castellanos

Considera, alma mía, esta textura

áspera al tacto, a la que llaman vida.

Repara en tantos hilos tan sabiamente unidos

oliverio girondo

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos

como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de

papel de lija.

gabriel celaya

Hablo de nosotros

(no sé si es un poema),

hablo de nosotros que no somos sencillos,

pero sí vulgares (como se comprende).

alejandra pizarnik

Son mis voces cantando

para que no canten ellos,

los amordazados grismente en el alba,

los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.

roberto bolaño

Raro oficio gratuito            Ir perdiendo el pelo

y los dientes       Las antiguas maneras de ser educado

Olga Orozco
  esa es tu pena

Esa es tu pena.

Tiene la forma de un cristal de nieve

que no podría existir si no existieras

-Llegan murciélagos.

-Mi Dios.

Se oyó un largo rumor como el de una pieza de seda que se rasgara.

césar vallejo

¿qué me da, que me azoto con la línea?

y creo que me sigue, al trote, el punto?

¿Qué me da, que me he puesto

en los hombros un huevo en vez de un manto?

paul éluard

                 la costumbre

Todas mis amiguitas son jibosas;

ellas aman a su madre.

Todos mis animales son obligatorios,

Ella tenía un nombre muy bello -o a él le parecía-,

señora Arabel. Y él se llamaba Maquinaria Agrícola.

Qué espanto -se decía, espiando con pasión hacia