NdAlfonso

¿se salvará si le dan oxígeno?

 

A la mariposa gris se le están rompiendo las alas.

Pervive en la agonía del último día

tirada de costado entre un puñado de ramas secas

como sus ojos cerrados y casi sin aire.

 

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era la espalda vulgar de un hombre cualquiera

 

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Cuando otra virtud no haya en mí, hay por lo menos la

de la perpetua novedad de la sensación libre.

Bajando hoy por la Calle Nueva de Almada, me fijé de repente en la espalda

del hombre que bajaba delante de mí. Era la espalda vulgar de un hombre

 

 

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soy de dos manos: un triciclo

 

definición

 

Salvo ciertos cobertores y una extraña rareza

que me caracteriza las sienes, sobre todo,

soy de dos manos: un triciclo. Soy aquella

 

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¿voy a escribir, después, sobre mi doble?

 

Un hombre pasa con un pan al hombro

 

Un hombre pasa con un pan al hombro

¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo

¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

 

 

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leonard cohen: suzanne

 

Suzanne

 

Suzanne te lleva abajo

hacia su lugar cerca del río

Puedes oir las barcas pasar

Puedes pasar la noche junto a ella

Y sabes que está medio loca

 

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merodeos: duerme, no queda nada

 

Duerme, no queda nada

 

‘¿Y cuándo nos veremos con los demás, al borde de una mañana eterna,

desayunando todos juntos?’ –pregunta el poeta. Tal vez Kira necesite compañía,

atención, cariño, un poco de afecto. Solamente que alguien esté con ella,

en silencio, acompañándola.

 

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más mortal que los demás mortales

 

Turbio

 

Con su chándal descolorido,

la gorra del Konga con la visera hacia atrás y, en la muñeca izquierda,

un nomeolvides de plata con la inscripción ‘soy casi eterno’,

yo tuve un novio que era un hombre antipático y trabajador,

 

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blues del cementerio

 

Blues del cementerio

 

Conozco un pueblo –no lo olvidaré–

que tiene un cementerio demasiado grande.

Hay en mi tierra un pueblo sin ventura

porque el cementerio es demasiado grande.

 

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cuya grasienta cabellera llena de perfume todo el teatro

 

II.29

 

Retrato de un desconocido

 

Estás viendo, Rufo, a aquel que ocupa los primeros asientos,

cuya mano enjoyada reluce hasta desde aquí, cuyos mantos

han absorbido tantas veces la púrpura de Tiro, y cuya toga

tiene orden de ganar [en blancura] a las nieves intactas,

 

 

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