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pensando en ti como ahora pienso

 

Palabras para Julia

 

Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir

con la alegría de los hombres

 

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su leche calentita

 

Por supuesto que es posible

 

Por supuesto que es posible

pegarse un tiro,

volverse loco,

olvidar de golpe al ser amado.

Arrancarse el alma,

 

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el huevo y la gallina

 

El huevo y la gallina

 

Por la mañana en la cocina, sobre la mesa, veo el huevo.

Miro el huevo con una sola mirada. Inmediatamente advierto

que no se puede estar viendo un huevo.

Ver un huevo no permanece nunca en el presente: apenas veo

un huevo y ya se vuelve haber visto un huevo hace tres milenios.

En el preciso instante de verse el huevo este, es el recuerdo de un huevo.

 

                ‘cuidado, es clarice:

                «digo lo que tengo que decir sin literatura»’

 

 

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y una rosa que se abre para traicionar

 

Los poseídos entre lilas

 

II

 

Si viera un perro muerto me moriría de orfandad pensando en las

caricias que recibió.

Los perros son como la muerte: quieren huesos. Los perros comen huesos.

En cuanto a la muerte, sin duda se entretiene tallándolos en forma

de lapiceras, de cucharitas, de cortapapeles, de tenedores, de ceniceros.

 

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por un instante

 

Un desconocido

 

Un desconocido

se acercó

y enhebró el hilo

dejándome al descubierto

 

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si

 

Si

 

Si puedes conservar tu cabeza cuando todos a tu alrededor

Están perdiendo la suya y te culpan por ello;

Si puedes confiar en ti mismo cuando todos los hombres dudan de ti,

 

         ‘poemas que pueden parecer poesía pero no lo son’

 

 

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hombrecillos pensantes cargados de piadoso tabaco

 

Nuestros días mortales

 

A través de los días mortales, bajo el cielo que nadie

comprende, corroboramos con un aire distraído

la idea de un infierno levemente estructurado

sobre las columnas de la carne, el espíritu o el desorden.

 

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todo el oxígeno de la tierra en ellas

 

Hoy estoy feliz con las sábanas de la vida

 

Hoy estoy feliz con las sábanas de la vida.

Lavé las sábanas.

Tendí las sábanas y las vi

agitarse y elevarse como gaviotas.

Cuando estuvieron secas las destendí

 

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dicen: mi vida, mi mujer, mi perro, mi hijo

 

De el Libro de horas

Libro segundo

El libro de la peregrinación

 

Ellos dicen mío

de todas las cosas, tan pacientes. Y ellos son

como el viento que roza por las ramas

y que dice: árbol mío.

 

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