poesía

ezra pound

De tal modo que las vides

reventaron entre mis dedos

Y las abejas cargadas de polen

neruda

Entre los álamos pasó

un pequeño Dios amarillo:

veloz viajaba con el viento

juan gelman

lamento por el furor de roy hennigan 

“¿cómo serán los japoneses?” preguntaba roy hennigan

“¿dónde andarán? ¿porqué cielos? ¿cómo cavan

su marcha hacia el fulgor?” preguntaba acostándose

roberto juarroz

Unas puertas tan perfectas

que no parecen levantadas

para pasar por ellas

antonio gamoneda

No recurriré a la verdad porque la verdad ha dicho no

y puesto ácidos

en mi cuerpo y me ha separado de la exaltación

giannuzzi

La policia se abrió paso

y procedió con pocas palabras.

El razonamiento conjeturaba que detrás de la puerta

marosa di giorgio

Tenía el cuerpo largo y afelpado -que era

la desespera­ción de muchos-, las orejas cortas,

los ojos hacia las sienes

wislawa szymborska

Regresó. No dijo nada.

Pero estaba claro que le había ocurrido algo molesto.

Se acostó vestido.

ezra pound

Una dama me pide

Que hable en buena sazón

Busca la razón de un afecto, loco a veces

sylvia plath

El día en que ella visitó la sala de disección

tenían cuatro hombres tumbados,

negros como pavos quemados

antonio gamoneda

En mi casa están vacías las paredes

y yo sufro mirando la cal fría.

Mi casa tiene puertas y ventanas:

jorge riechmann

He vivido en la superficie de las cosas.

Mas viví también por fortuna

en las palabras. Ellas iban