poesía

aldo oliva: llueve

 

El oro no es para las tetas coronadas
sino para alumbrar
el espasmo de su extinción solidaria.

 

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mece el viento

 

Mece el viento la cortina ondulante
descubriendo el azul de un cielo que se esconde
travieso, tras la blancura de su paño.

 

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Me volví – MabelBe

 

En dos manteles, en el pequeño adorno ruso, en cuatro platos
y en el juego de cortinas
que marcó la impaciencia de un tiempo pretendido como azul.

 

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soledades

 

los fuegos artificiales
que dibujan la órbita de nuestras soledades,

 

 

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