las cosas de Vallejo – Las pirámides de Egipto
los lugares no siempre están situados donde los hemos visto,
sino que ellos saben andar y burlarse de nuestros ojos.
Las Flores del Mal – poema XXXIX – Charles Baudelaire
tu memoria, parecida a las fábulas inciertas,
agota al lector como un dulcémele,
que en un fraternal y místico eslabón,
queda como colgado de mis rimas elegantes;
en la taberna verde – Arthur Rimbaud
Entré a Charleroi
– a la taberna verde: pedí dos tostadas
de manteca con jamón un poco templado.
Las Flores del Mal – El Marco – Charles Baudelaire
ella ahogaba su desnudez como si su apetito creciese al saciarse
en los besos de satén y sábana,
taller de poesía verseando ¿te gustaría?
si estás interesad@ en aprender a escribir poesía, te ofrecemos
la oportunidad de participar en un taller especial para ello.
El Vampiro – Charles Baudelaire – nuestras versiones
He rezado a la espada inmediata
para conquistar mi libertad
vocales – Arthur Rimbaud – nuestras versiones
las lanzas de los orgullosos glaciares, esos reyes blancos,
las temblorosas ondulaciones de las sombrillas
Oración de la tarde – Arthur Rimbaud – nuestras versiones
dulce como el Señor del cedro y los hisopos,
meo hacia los cielos pardos, más alto y más lejos,
con el permiso de los grandes heliotropos
Las Flores del Mal: La musa enferma – Charles Baudelaire – nuestras versiones
La pesadilla de un puño despótico y rebelde,
¿te ha sepultado al fondo de un maravilloso Minturnes?
La Ciudad en el Mar – Edgar Allan Poe – nuestras versiones
Hay santuarios, palacios y torres
(torres devoradas por el tiempo que no tiemblan)
Las Flores del Mal – Los Faros – Charles Baudelaire – nuestras versiones
como este ardiente sollozo que resuena a través del tiempo
¡y viene a morir a orillas de vuestra eternidad!
V / Las Flores del Mal – Charles Baudelaire – nuestras versiones
como un agua corriente
que va derramándose sobre todo, despreocupada
como el azul del cielo, los pájaros y las flores,
sus perfumes, sus canciones y sus tibias temperaturas
Correspondances – Charles Baudelaire – nuestras versiones
tienen la propagación de las cosas infinitas
Las Flores del Mal / Elevación – Charles Baudelaire – nuestras versiones
¡Quién planea sobre la vida, y comprende sin esfuerzo
el lenguaje de las flores y de las cosas mudas!
ensayo breve de carlos garcía gual sobre el último poema de safo
Morirme quisiera cuando ya no me importen
el furtivo amorío y los dulces presentes del lecho
macbeth: seguimos con los preámbulos [2]
«Cuando pierdan, cuando ganen
la batalla»,
«Hermoso es lo feo y es feo lo hermoso»
una primera toma de contacto con macbeth
disponemos de una versión rítmica de Agustín García Calvo
con introducción de Carol Chillington Rutter, en Penguin clásicos
francisco de quevedo: poesía satírica y burlesca: pecosa y hoyosa y rubia
podéis entre los jaspes ser hermosa
si es que sois salpicada y no pecosa
francisco de quevedo: la culta latiniparla: catecisma de vocablos para instruir a las mujeres cultas y hembrilatinas
a las medias llamará «no enteras»
Las Flores Del Mal – Charles Baudelaire – El Albatros
A menudo, para divertirse, los tripulantes
cogen unos albatros, extensos pájaros de los mares,
Las Flores Del Mal – Charles Baudelaire – Bendición
Cuando, por un decreto de los poderes supremos
el Poeta sale a la luz en este mundo aburrido
Las Flores Del Mal – Charles Baudelarie – Al lector
La estupidez, el error, el pecado y la avaricia
ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos
marco valerio marcial: epigramas: libro I: XLI
que cambia pajuelas de azufre
por vasos de vidrio rotos
Hojas de hierba: de A la deriva – la cuna que se mece eternamente / Walt Whitman
bajo aquella media luna amarillenta, salida tarde e hinchada,
como con lágrimas
marco valerio marcial: epigramas: libro IV: XXXI
ni Melpómene, ni Polimnia, ni la piadosa Calíope
con Febo podrían pronunciar
las leyes elementales nunca piden disculpas – Walt Whitman
sé que esta órbita mía no puede ser recorrida
por un cepillo de carpintero…
góngora: hermana marica: canta paco ibañez
Porque algunas veces
Hacemos yo y ella
Las bellaquerías
Detrás de la puerta
luis de góngora: déjame en paz, amor tirano: canta paco ibañez
forajido capitán.
perdóname, amor, aquí,
pues yo te perdono allá
catulo XXIX: quién puede ver esto?
quién puede aguantarlo, a menos que sea un crápula,
un devorador y tahúr
si lo pasas, tu corazón resistirá
rainer maría rilke
Adelántate a toda despedida, como si la hubieras dejado
atrás, como el invierno que se está marchando.
Pues bajo los inviernos hay uno tan infinitamente invierno
que, si lo pasas, tu corazón resistirá.
una extraña carga
constantino kavafis
Si no puedes hacer de tu vida lo que quieres,
trata al menos cuanto puedas
de esto: no la envilezcas
hasta que la telaraña que tú emites prenda
walt whitman
Una araña paciente y silenciosa,
vi en el pequeño promontorio en que
sola se hallaba,
cae en su corazón, se desvanece y muere
rainer maría rilke
Su mirada se ha cansado de tanto observar
esos barrotes ante sí, en desfile incesante,
que nada más podría entrar ya en ella.
pero ningún viento agita el cielo
edgar allan poe
silencio
” – Escúchame – dijo el demonio apoyando la mano en mi cabeza -;
la región de que hablo es una sombría región de Libia a orillas del río Zaire.
Y allí no hay ni calma ni silencio.
canto a mí mismo (8ª parte)
Walt Whitman
hojas de hierba
El esclavo fugitivo vino a mi casa y le detuve,
escuché sus propuestas, crepitantes las ramas del montón de leña,
Por la oscilante puerta entreabierta de la cocina, le vi cojo y débil,
apocalipsis: capítulo 4
san juan
4:1 Después de esto miré, y he aquí una puerta
abierta en el cielo; y la primera voz que oí,
como de trompeta, hablando conmigo, dijo
llámate doña embudo con guedejas
quevedo
mujer puntiaguda con enaguas
Si eres campana ¿dónde está el badajo?
Si Pirámide andante vete a Egito,
Si Peonza al revés trae sobrescrito,
Si Pan de azúcar en Motril te encajo.
sed fieri sentio et excrucior
Catulo
Catulli Carmina
LXXXV
Odio y amo.
Por qué hago eso acaso preguntas
la sibila de cumas
«Nam Sibyllam quidem Cumis ego ipse oculis meis
vidi in ampulla pendere, et cum illi pueri dicerent:
Σίβυλλα τί θέλεις ; respondebat illa: άποθαγειγ θέλω.»
epigramas: libro VII: 14
marcial
Una horrible calamidad le ha
sobrevenido, Aulo, a mi chica:
ha perdido
catulli carmina: LXXVIII
catulo
… pero ahora lamento esto:
que tu sucia saliva haya meado
los besos puros
catulli carmina: XLV
catulo
Mientras Septimio tenía a Acme,
su amor, en sus brazos, le dijo:
«Mi querida Acme, si no te quiero con locura
