poesía

gamoneda

Semejantes accidentes que a los ofendidos

por las víboras acuden a los mordidos de la scytal

o de la amphisbena, y se curan

almudena guzmán

vallejo

dulzura por dulzura corazona

¡Dulzura a gajos, eras de vista,

esos abiertos días, cuando monté por árboles caídos!

Así por tu paloma palomita,

neruda

un recuerdo

Recuerdo en medio de un trigal

una amapola morada

aún más sedosa que la seda

cummings

rené char
los primeros instantes

Mirábamos correr ante nosotros el agua creciente.

De repente borraba la montaña,

escapándose de sus flancos maternales.

giannuzzi

llamado al hueso principal

Con dedos pensantes y a fondo

palpo el hueso de mi cara:

un hueso general en el que busco

gelman

“hop hop alba amo” decía a caballo de

Alabama bright morgan había nacido

al lado de donde se quedaron los juntadores

wallace stevens

Grande y fuerte es el día—

pero su padre era fuerte, aquél que yace ahora

en la pobreza del polvo.

char

Por qué seguir entregando las palabras

del propio porvenir ahora que toda palabra hacia

lo alto es boca ladradora

carson mcCullers
el endeudado corazón

La muerte exige una doble visión. Un espacio de más,

fantasmal acuerdo de racionamiento. Para que
                                      [los muertos puedan reclamar

los sentidos del amante, del endeudado corazón.

szymborska

Me miró, me dio belleza,

y yo la creí mía.

Feliz, me tragué la estrella.