por fin desapareció la tiranía del rostro humano
A la una de la mañana
¡Solo por fin! Ya no se oye más que el rodar de algunos coches rezagados y
derrengados. Por unas horas hemos de poseer el silencio, si no el reposo. ¡Por fin
desapareció la tiranía del rostro humano, y ya sólo por mí sufriré!