autores

papá, desde la cruz, nos miraba

marosa di giorgio

 

dictaminaron las crucifixiones

 

 

 

 

Una muñeca, la de ojos grandes y pestañas largas,

que estaba tiesa en su caja azul.

(Pero, -yo decía-, la muñeca se volverá

a tejer, enseguida);

 

marosa

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ella conoce las palabras, pero sólo sonríe

paul celan

 

ella peina su pelo

 

 

 

Ella peina su pelo como se lo peinan a los muertos:

ella lleva el fragmento azul bajo la camisa

 

Ella lleva el fragmento del mundo de una cuerda,

ella conoce las palabras, pero sólo se sonríe.

 

 

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las vacas miran de lado

charles simic

 

once poemas en prosa

 

 

 

El viejo granjero con mono cuelga de una viga

del granero. Las vacas miran de lado.

La vieja arrodillada, bajo

 

simm

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falta el descolorido traje canela

constantino cavafis

 

días de 1908

(1932)

 

 

Aquel año se encontró sin trabajo;

y vivía, por tanto, de las cartas,

del tavli y del sablazo.

 

Un puesto le habían ofrecido de tres libras al mes

en una pequeña papelería.

 

cav

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medievales y eternos, a caballo

luis alberto de cuenca

 

paseo vespertino

para Alicia

 

Tú y yo, amor, a caballo, por las suaves

laderas de un crepúsculo dorado

que vira a negro, tú y yo, luces tibias

frente a la oscuridad que va anegando

 

 

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anderson, pensé en ti esta tarde

raymond carver

 

los cisnes de harley

 

 

Lo estoy intentando de nuevo. Un hombre tiene que empezar

de cero una y otra vez. Intentar pensar y sentir sólo en

un espacio muy concreto, la casa de la calle, el hombre de la

esquina del drugstore…

(Sherwood Anderson, de una carta)

 

Anderson, pensé en ti esta tarde mientras perdía

el tiempo frente al drugstore.

 

ray 

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mientras él volvió a una habitación vacía

edward hirsch

 

hombre en una salida de incendios

 

 

 

No podía recordar qué le impulsó fuera

de la ventana del dormitorio a la escalera de incendios

de su quinto piso sin ascensor sobre el río,

por lo que podía ver, como si fuera la primera vez,

 

 

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aquí la existencia no tiene límites

philip larkin: las bodas de pentecostés

 

aquí

 

 

 

 

Virar hacia el este, salir de las ricas sombras industriales

y el tráfico, toda la noche hacia el norte; virar hacia campos

tan ralos, cardizales, que no son ni prados,

y de vez en cuando un apeadero de sonido gutural, que acoge

 

philip

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nadie te enseña a ser vaca

juan gelman: valer la pena

 

allí

 

 

Nadie te enseña a ser vaca.

Nadie te enseña a volar en el espanto.

Mataron y mataron compañeros y

nadie te enseña a hacerlos de nuevo, ¿Hay

 

gelman

 

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el diablo no hace caso de mis citas

jaime sabines

 

 

 

¿Tiene uno, como la naturaleza,

sus estaciones, sus ciclos de vida?

En el curso de quince o veinte días

pasa una primavera y un verano en el fondo del alma,

 

 

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allen ginsberg: aullido II y III y pie de página

allen ginsberg: aullido II y III y pie de página

 

II

 

 

 

¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos

y devoró sus cerebros y su imaginación?

¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares

inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras!

 

 

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  1. Propongo una explicación ( ) de este hermoso y potente texto, tanto para hacerle justicia como para hacer justicia a…

  2. Aprovecharé este poema para explicarme —a mí mismo sobre todo— algunos asuntos de la poesía y la poética que, estando…

  3. Me parece un buen poema; antes, cuando entonces, hubiera dicho que necesito que un poema tenga imágenes concretas, imágenes reales,…

  4. Tiene usted razón (ya estará acostumbrado) .Pero yo en mi infinita ignorancia pensaba que hablábamos de muerte y religión, no…