NdAlfonso

la bellota no devora a las otras bellotas

edgard lee masters: antología de spoon river

 

robert davidson

 

 

Crecí espiritualmente nutriéndome del alma de la

gente.

Si veía un alma fuerte

la hería en su orgullo y devoraba su fuerza.

 

spoon

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yo siempre quedo como un cerdo

philip larkin: las bodas de pentecostés

 

egoísta es el hombre

 

 

Nadie puede negar, no,

que Arnold es menos egoísta que yo.

Se casó con una mujer para que no se le fuera

y ahora la tiene allí hasta que se muera.

 

philip

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entramos juntos en el cuarto dorado

donald hall

 

oro

 

 

Oro pálido de las paredes, oro


de los centros de margaritas, las rosas amarillas


que brotan de una fuente clara. Todo el día


yacimos en la cama, mi mano


 

 

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a un cuerpo de distancia de mi alma

césar vallejo

 

acaba de pasar el que vendrá

 

 

 

Acaba de pasar el que vendrá

proscrito, a sentarse en mi triple desarrollo;

acaba de pasar criminalmente.

Acaba de sentarse más acá,

 

vall2

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su producción literaria está en tarjetas postales

wislawa szymborska

 

alabanza a mi hermana

 

 

Mi hermana no escribe poemas

y es improbable que de pronto comience a escribir poemas.

Le viene de su madre, que no escribía poemas,

y de su padre, que tampoco escribía poemas.

 

szy

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merodeos populares: anna

merodeos populares

 

anna

 

 

 

Ahí está la oreja de su oído de escuchar, suavísima

de pliegues y sensual de diamantes tiernos,

justamente en la esquina

 

merrod3

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aún nos consideramos encantadores

edward hirsch

 

tristan tzara

 

 

 

no existe nada como una conferencia dada

un manifiesto se dirige a todo el mundo

me opongo a todos los sitemas salvo a uno

el azar es irracional y tú eres la razón

 

 

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lorca: el duende

federico garcía lorca

 

lorca: el duende

 

 

 

Desde el año 1918, que ingresé en la Residencia de Estudiantes

de Madrid, hasta 1928, en que la abandoné, terminados mis estudios

de Filosofía y Letras, he oído en aquel refinado salón,

 

 

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la nada, la rosa de nadie

paul celan

 

salmo

 

 

 

Nadie nos forma otra vez de la tierra y el barro,

nadie sopla en nuestro polvo.

Nadie.

 

Alabado seas tú. Nadie.

 

celuu

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