NdAlfonso

y esta oreja da nueve campanadas a la hora del rayo

 

Los nueve monstruos

 

I, desgraciadamente,

el dolor crece en el mundo a cada rato,

crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,

y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces

y la condición del martirio, carnívora, voraz,

 

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igual de arrogantes, empollando su infinito

 

Ab Ovo

 

En última instancia, debería haber un idioma

donde la palabra “huevo” se redujese a una O.

Los que más se aproximan a eso son los italianos

con su uova. Por algo, Alighieri creía que era

 

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dónde está mi choza, dónde estoy yo

 

No ceso de hablar

 

No ceso de hablar de la tenue diferencia

entre las mujeres y los árboles,

De la magia de la tierra, de un país cuyo

sello no he visto en ningún

pasaporte.

 

Pregunto:

 

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el verano había terminado

 

el ruiseñor

 

el ruiseñor había estado siguiendo al gato

todo el verano

burlón burlón burlón

provocador y engreído;

 

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es algo de belleza que muere

 

En los bosques de Pennsylvania

 

Cuando un árbol gigante se suicida,

harto de estar ya seco y no dar pájaros,

sin esperar al hombre que le tale,

sin esperar al viento,

 

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