marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Papá va a pescar.
Hay una luna enorme, redonda y clara.
Parece un día extraño.
Él sale con el anzuelo al hombro, y es como si fuera otro
marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Papá va a pescar.
Hay una luna enorme, redonda y clara.
Parece un día extraño.
Él sale con el anzuelo al hombro, y es como si fuera otro
marosa di giorgio
siempre salgo
Nos encontramos en el manzano.
Era una noche cerrada, oscura.
Me dijo: ¿Paseas?
marosa di giorgio
miré el dibujo…
Miré el dibujo que hacían las hojas amarillas al caer.
En un mal libro se leía; «El alma sensitiva…»
Pero, en ese instante entró el Cielo.
marosa di giorgio: la edad anaranjada
la falena
Cuando tenía seis años, ocho años, la abuela dictaminó vestido
de liebre, que me librase de todo mal. Y, entonces, hizo un
sacón de piel de liebre y lo ajustó
marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Dentro del negro carruaje iban los mayores;
e íbamos nosotras las niñas.
Y en la capota se repetían niñas, muñecas,
acaso nosotras.
marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Dios en el centro, y aunque se moviese todo giraba a su alrededor.
Dios, de cerca era negro, y de lejos, como la luz, brillante.
No. Hablo mal.
marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Mi oficio: rezadora. Mamá me sacó
de adentro de un manzano.
De arriba de una manzana redonda
y blanca que pendía de su rama.
marosa di giorgio: de La edad anaranjada
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Surgió una mariposa con un ala negra y la otra azul. Andaba
en el aire de la habitación; arriba de los estantes y roperos. No
se sabía si era sólo una. La niña más chica la pidió para antifaz. A
ratos, sus alas profusas, extendíanse lisas y límpidas.
marosa di giorgio: la edad anaranjada
Diamelas a Clementina Médici
Mamá, ¿recuerdas cómo se formaban mujeres?
Y cómo eran comestibles? Las sirenitas que teníamos en el plato!
Tú les echabas sal y aceite.
marosa di giorgio: la edad anaranjada
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Trajeron un pescado enorme, desde la lagunita.
¿cómo? ¡AIIá sobresaldría! Pero, era, así.
Lo dejaron fuera. Muchos metros. Los
marosa di giorgio
dictaminaron las crucifixiones
Una muñeca, la de ojos grandes y pestañas largas,
que estaba tiesa en su caja azul.
(Pero, -yo decía-, la muñeca se volverá
a tejer, enseguida);
marosa di giorgio
Parecía que era hermoso ir a casarse.
La cola blanca la seguía como un arroyuelo.
El altar flotaba en el aire. Y lo custodiaban
gatos monteses con ágatas en el cuero.
Extraordinario poema
Aprecio enormemente muchos de los poemas de ¨De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall¨,…
[…] “Al sol de Prestatyn” es un poema de Phillip Larkin donde se describe un cartel que encontramos al paso en una carretera.…
La alfabetización nos va a llevar a mundos que aún no son explorados para las personas que no exploran las…
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Pues se agradece, Master, uno siempre echa en falta las buenas traducciones y, en especial, de estos monstruos de la…
Es una lástima que en este post tan bonito haya una traducción tan pobre... Para hacer justicia al poema y…
Propongo una explicación ( ) de este hermoso y potente texto, tanto para hacerle justicia como para hacer justicia a…
Magistral ndalfonso
Vamos, vamos, muchachos, que posiblemente ni siquiera habéis leído a Dante, ¿acaso pretendíais leer Miércoles de Ceniza de corrido, como…
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Me parece un buen poema; antes, cuando entonces, hubiera dicho que necesito que un poema tenga imágenes concretas, imágenes reales,…
No quiero seguir hablando, gracias. NdAlfonso