la canción que obliga a los hombres a saltar por la borda
margaret atwood
el canto de la sirena
Esta es la única canción que todos
querrían aprender: la canción
irresistible:
la canción que obliga a los hombres
los alambres que rodean el cebo
edgar lee masters: antología de spoon river
robert fulton tanner
¡Si un hombre pudiera morder la mano gigante
que le atrapa y destruye,
como me mordió a mí aquella rata
cuando hacía una demostración de mi trampa patentada
un día en la ferretería!
una secuencia larga, sin sonido
seamus heaney
Guión de rodaje
Se alejan pedaleando de lo que podría haber sido
hacia lo que nunca será, en un plano sostenido:
maestros en bicicleta que saludan a los hablantes nativos
pisando los años veinte como si pisaran el futuro.
dice que los corazones son amargos
denise levertov
el sabio
El gato se está comiendo las rosas:
es así como es.
No lo detengas, no detengas
el mundo que da vueltas,
su obstinación dramática, su olivo
césar vallejo
hasta el día en que vuelva
Hasta el día en que vuelva, de esta piedra
nacerá mi talón definitivo,
con su juego de crímenes, su yedra,
su obstinación dramática, su olivo.
es heliotropo mezclado con azufre
amparo arróspide
la casa del dolor
Es posible que el dolor sea una casa
de techo altivo y puerta con cerrojo,
donde estás tan a gusto, a veces,
que no escuchas el filo del acero
sólo esto: pienso en la mujer que no mataron
margaret atwood
tortura
¿Qué sucede en los silencios
de esta conversación?
Esa que trata de la libertad
y la política y la falta de pasión.
y como si eso no bastara me dieron un balancín
henri michaux
etapas
Antes tenía mi desgracia. Los dioses malignos me la quitaron.
Pero entonces dijeron: “En compensación, vamos a darle algo.
¡Sí, sí! Es absolutamente preciso que le demos algo.”
Y al principio, yo no vi más que ese algo y estaba casi contento.
mami, ahora jugamos a los funerales
philip larkin
llévese uno para los niños
Entre poca paja, tras cristales sin sombra,
apiñados junto a unos cuencos vacíos, duermen:
ni oscuridad, ni madre, ni tierra, ni hierba:
y el modo en que llovía a cántaros
charles bukowski
memoria
he memorizado todos los peces del mar
he memorizado cada oportunidad estrangulada
y
recuerdo despertar una mañana
y encontrar todo teñido del color del
combinando impresiones, combinando los días
constantino cavafis
entregué a mi arte
1921
Me siento y sueño.
Deseos y sensaciones
entregué a mi arte
—rostros o trazos
apenas entrevistos;
el mar no es nada bonito
charles bukowski
conocí a un genio
hoy
conocí a un genio en el tren
como de seis años de edad;
se sentó a mi lado y,
mientras el tren
una irritación, o una molestia de ser nada aún
leopoldo maría panero
Lo que queda después de la flor
es una cosa sin dientes,
recordando
el misterio de la flor, la espantosa aguja
merodeos populares: el trenzón de rosanne
merodeos populares
el trenzón de rosanne
Rosanne tiene una mirada que llamaría interesante
si quisiera utilizar el deplorable lenguaje de nuestra
podrida civilización. Se trata más bien de una mirada
de suficiencia o incluso de prepotencia
me juego la muerte
juan gelman
el juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
te amo por todos los tiempos que no he vivido
paul éluard
te amo
Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
el cuerpo verde pálido empieza en los pies
joaquín o. giannuzzi
el cristo de mantegna
El cuerpo verde pálido empieza en los pies
Avanzando a proa. La perspectiva
No dio otra opción
Que empujar la cabeza hacia el fondo.
giannuzzi: los pies del cristo de grünewald
giannuzzi: los pies del cristo de grünewald
El nervio expuesto y condenado
Hace de todo sufrimiento un principio general.
Todavía es la hora del descenso
Y toda carne debe seguir aquí, resolverse
en superficies planas de color
juana bignozzi
“no hay pintura sin tema”
Rothko
El tema era el gris del mercado
El rojo de la muerte
El negro de la vida
El naranja de la eternidad
partió de mí un barco llevándome
alejandra pizarnik: árbol de diana
1
sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
